El cantante Manolo Escobar fallece a los 82 años debido a un cáncer que ya
le había obligado a anunciar su retirada de los escenarios
Fue un 10 de julio de 2009. Manolo Escobar había actuado en una abarrotada Plaza de la Cruz de Pamplona, en plenos Sanfermines. Más de un centenar de personas esperaba junto al camerino para saludar a su ídolo. Sin embargo, dentro las cosas no marchaban muy bien. Al cantante, que padecía una grave diabetes, le había dado un bajón de azúcar y estaba muy mareado. Después de recuperarse un poco, pidió que colocasen una mesa en la puerta para recibir a sus seguidores. Las personas que siempre viajaban con él intentaron quitarle la idea de la cabeza, pero no hubo manera. Durante más de hora y media, el almeriense firmó autógrafos, se hizo fotos y dio besos a todos los que allí se congregaron. Y lo hizo con la mejor de sus sonrisas. Después, cuando su manager y sobrino, Gabriel García Márquez, aún le abroncaba por su cabezonería, se encogió de hombros, sonrío y con esa cara de buena gente que tenía le dijo: «Nunca te olvides de que estamos aquí gracias a ellos. Mi deber es devolverles un poco de lo que me han dado en 50 años».
Así era el icono de la copla que falleció ayer, apenas cinco días después de cumplir 82 años, en su casa de Benidorm «tranquilo y acompañado de los suyos», tal y como relató su sobrino momentos después de conocerse la triste noticia. Y es que el cantante nacido en Las Norias de Daza, una pedanía de la localidad almeriense de El Ejido, aunque criado en Cataluña como tantos andaluces de la postguerra, se consideraba a sí mismo «un tío normal que canta y que, según dicen, no lo hace mal», como explicaba en uno de sus últimos espectáculos, De Manolo a Escobar. En aquella obra, mitad concierto, mitad cabaret, narraba cómo Manuel García, el quinto hijo de una familia de 10 hermanos de origen campesino, pasó de ser un funcionario de correos al gran ídolo de todo un país.
Cantante, actor, presentador, artista de raza, icono para varias generaciones... Los calificativos se quedan cortos para definir a este almeriense que, durante años, firmó con su voz la banda sonora del país. De hecho, Mi carro, El porompompero, Y viva España, Mujeres y vino, La minifalda o Madrecita María del Carmen son canciones que casi cualquier español puede tararear de memoria, independientemente de que fuese seguidor o no de Manolo Escobar.
Pero había mucho más en sus más de 80 discos o en esa carrera cinematográfica que comenzó con Los Guerrilleros, junto a una jovencísima Rocio Jurado, en 1963, cuando ya era un artista consagrado. Llegó a rodar 20 películas que él mismo reconocía que «no pasarán a la Historia del cine por su calidad, pero a la gente le gustaban». Y no podía ser más cierta la afirmación del artista, pues su naturalidad ante las cámaras enganchó a la gente que aupó a tres de sus títulos al top 10 de las películas más vistas del cine español.
Hubo más cifras mareantes en sus carrera. De 1973 a 1992, el single Y viva España fue el más vendido dentro del país, con más de 10 millones de copias. Además, durante 20 años consecutivos, fue el artista con más galas anuales por año. No solo actuaba en verano, como casi todos, sino que en invierno montaba su espectáculo de teatro, llenando allí por donde iba.
Incluso al final, cuando apenas podía acceder al escenario sin ayuda, después de dos operaciones de corazón y con un cáncer de colón que le ha acabado venciendo, seguía llevando a la copla a todos los rincones de España a través de su último espectáculo Antología de la copla. Iba a ser el de su despedida, tras anunciar en 2012 que se retiraba de los escenario. Aunque antes de decir adiós definitivamente quería volver a aquellos sitios en los que había triunfado, para agradecerle al público el cariño que siempre le había brindado.
Un cariño que él, sin falsa modestia, no entendía demasiado, como confesaba un día al pasar por delante del Líceo de Barcelona. «Los que cantan ahí, sí que tienen mérito. Años y años de preparación y formación. Yo solo salgo a un escenario y canto», decía emocionado, mientras la gente le paraba por Las Ramblas para decirle que sus canciones formaban parte de su vida.
Porque la Historia de la España del último siglo no se entiende sin ese artista que, desde que su nombre luciera por primera vez en los carteles con Canta Manolo Escobar, se convirtió en ídolo de multitudes. En, como explicaba en otro de sus espectáculos, «el yerno que todo suegro quería tener, el hijo que toda madre deseaba y el marido por el que todas suspiraban».
Fuente: La Tribuna de Toledo.es
Hoy España está de luto, se ha ido uno de los grandes (pocos van quedando) de nuestra música. E. P. D.
TÍTULOS EMBLEMÁTICOS DE SUS NUMEROSÍSIMAS CANCIONES SON:
1-El porompompero
2-Debajo de los olivos
3-La morena de mi copla
4-Mujeres y vino
5-Mi carro
6-La minifalda
7-Que si patatín que si patatán
8-¡Y viva España! un auténtico himno conocido en el mundo entero, y, así hasta centenares de canciones que ha dejado en sus colecciones de discos.
Aquí le dejamos unas canciones para recordarlo
Un pequeño recuerdo, de su música, de sus películas en este Blog: