Los profesores de A Xunqueira de
Fene piden ayuda a entidades y empresas para pagar el viaje
Tras la
euforia de la victoria, llegaron las preocupaciones para el equipo que ganó la
First Lego celebrada en el campus de Ferrol el pasado sábado. Son los ganadores
y deben viajar a Tenerife el 22 de marzo para disputar otra fase del torneo,
pero no tienen patrocinador y el tiempo para formular la inscripción (que
cuesta 300 euros que tampoco poseen aún) se agota. De hecho, ayer deberían
haberla confirmado.
Los profesores
que durante las últimas semanas han animado a los chavales también tratan de
tranquilizarlos asegurándoles que están llamando a muchas puertas para
conseguir los fondos que necesitan. Calculan que el gasto mínimo que van a
tener que hacer son 400 euros por persona, ya que a las Islas Canarias viajarán
un equipo de nueve niños junto con dos profesores y deben pernoctar al menos
dos noches.
Mañana habrá
una reunión con los padres cuyos hijos participaron en este proyecto con un
robot que quedó en primer lugar. Fue el fruto de un trabajo muy entusiasta que
los estudiantes prepararon durante muchos recreos. A pesar de que otros centros
gallegos tuvieron premio, en el caso de que los de Fene no puedan viajar por
falta de fondos no habría representación gallega en el concurso, porque los
sustituiría el equipo del IES Universidad Laboral de Gijón, clasificado en
segundo lugar y por delante del Atios de Valdoviño, que quedó de tercero.
Diputación y
Xunta
Por ahora,
el centro ha llamado a las puertas de la Xunta y la Diputación de A Coruña,
pero no tiene todavía una respuesta positiva. Mientras que en el Concello, que
patrocinaba uno de los galardones (el que reconocía el mejor proyecto
científico y que también ganó el citado centro asturiano) les piden una serie de
trámites burocráticos que complican optar a una ayuda antes de tres semanas.
Las empresas
privadas (incluida Lego) han dado la espalda a este equipo por ahora, que ya ha
tenido que sufragar la compra de los elementos necesarios para crear su robot.
Fuente: La Voz de Galicia