El falso
médico José Manuel López, más conocido como «Coté», se sienta este martes en el
banquillo de los acusados después de 25 años desde la apertura de su primera
clínica en Ferrol. El juicio en el que el procesado deberá rendir cuentas por
su actividad sanitaria tiene lugar en la Audiencia Provincial de Castellón, a
donde se han desplazado muchos de sus ex pacientes, deseosos de conocer «qué
nos inyectaba» en esas consultas por las que, atendiendo al escrito del fiscal
de Ferrol, algunos pacientes llegaron a desembolsar hasta 190.000.
La primera
clínica con la que Coté empezó a lucrarse fue la de Ferrol, pero en febrero de
2008 estalló la «Operación Zen» y todos sus tetras quedaron al descubierto. La
más grave, que no tenía más estudios que los de Bachillerato. Tras esta
investigación policial, el ferrolano ingresó en prisión. Pasó seis meses en la
cárcel de Teixeiro y sus dos clínicas (Ferrol y Viveiro) fueron clausuradas.
Pero poco después de quedar en libertad Coté volvió a las andadas en un centro
médico de Vinaroz (Castellón), por cuya actividad será juzgado a lo largo de
esta semana. Las víctimas que en su día pusieron su salud en manos de Coté lamentan
que hayan tenido que pasar nueve años para verlo delante de un juez. En el caso
de Ferrol, con una instrucción que ya dura una década, todavía no hay fecha de juicio,
aunque sí una contundente acusación por parte del Ministerio Público.
El fiscal
del caso tiene claro que «sus tratamientos consistían en ocasiones en el
suministro de sustancias no especificadas cuya toxicidad no ha llegado a ser
determinada». Y también, «en la realización de auténticas operaciones
quirúrgicas con el consiguiente quebranto de la integridad física de sus
víctimas». Por todo ello, Coté se enfrenta a una petición de pena de 334 años
de prisión en el caso gallego por los presuntos delitos de homicidio por
imprudencia grave, lesiones con deformidad, lesiones con uso de instrumento
peligroso y blanqueo de capitales. En Castellón, donde ejerció durante menos
tiempo, la petición es de 22 años.
La voz de las víctimas
El caso más
grave por el que Coté deberá responder en Ferrol es el de un muchacho que
falleció —siempre según las palabras del fiscal— «a causa del gravísimo retraso
en el diagnóstico provocado por la conducta negligente del acusado». Su
dolencia, una úlcera en el suelo de la boca que resultó ser un tumor maligno y
que le detectó un médico de la Seguridad Social.
Fueron
centenares las personas que, llegadas de todos los puntos de España, recalaron
en la consulta del falso médico a espera de un tratamiento milagroso en el que
pusieron todas sus expectativas y ahorros. Ahora, casi un cuarto de siglo
después, exigen justicia. «El testimonio de los ex pacientes de Coté va a poner
al tribunal los pelos de punta», afirman.
Fuente: ABC