Fotos cedidas por el Concello 

 

Fene cuenta con más de medio centenar de lavaderos públicos. Construcciones que, aunque han perdido su utilidad inicial, constituyen elementos del patrimonio que hace falta cuidar. 

 

El departamento de Obras y Servicios renovó en las últimas semanas el aspecto de los de Fonte do Campo, A Casanova y O Pedregal, como parte de un programa de rehabilitación integral que se quiere ir aplicando poco a poco a todos los lavaderos municipales. 

 

Sin embargo, este fin de semana ya se detectaron en ellos los primeros efectos de conductas incívicas, con basura desparramada y suciedad en la pintura en Fonte del Campo, e incluso un colchón tirado en el lavadero de A Casanova. 

 

 El área de Seguridad dio orden este lunes a la Policía Local para que se refuerce la vigilancia de estos elementos patrimoniales en las rondas del fin de semana, cuando es habitual que en ellos se junten grupos de jóvenes para pasar la tarde, sobre todo en días como el del sábado en que llovió durante toda la jornada. 

 

La razón de extremar la atención policial sobre estos puntos es la de producir un efecto disuasorio ante posibles desperfectos, pero también la de asegurar que se cumplen las medidas preventivas de la COVID-19 en cuanto a distanciamiento social, uso de las mascarillas y grupos de personas no convivientes. 

 

La Concejalía de Obras y Servicios lleva varias semanas trabajando para adecentar los lavaderos municipales por tratarse de patrimonio con mucho significado en la historia de Fene durante el siglo XIX y parte del XX, cuando docenas de mujeres lavaban a la mano cientos de cestos con ropa procedentes de la otra banda de la ría. 

 

 Los trabajos llevados a cabo estuvieron centrados en una limpieza general, en el arreglo de pequeños desperfectos de albañilería y de un repintado completo. 

 

La intención municipal es continuar haciendo labores de conservación en todos los lavaderos del ayuntamiento. Se irá poco a poco hasta completar un catálogo de 53 construcciones, la mayor parte de ellas cubiertas y con paredes hasta media altura. Y, mientras se sigue mejorando su aspecto, se ruega al vecindario que cuide este patrimonio y que se le comunique tanto a la Policía Local como a la Guardia Civil cualquier acto vandálico que se presencie o del que se tenga conocimiento.