En el año 2020, el estadio Vicente Calderón sucumbió a la piqueta. Durante 18 meses, la empresa Erri Berri, con sede en la localidad navarra de Olite, se ocupó de eliminar los alrededor de 66.000 metros cuadrados de superficie que ocupaba el recinto deportivo, y de procesar los residuos que generó tal cantidad de hormigón. Esa misma compañía ha desarrollado otros 250 proyectos de desmantelamiento de infraestructuras de todo tipo -deportivas, pero también industriales y energéticas, entre otras- y será también la encargada de derribar las gradas de Navantia Fene. La empresa pública había abierto una licitación para acometer estos trabajos, con un presupuesto inicial de 2,9 millones de euros, aunque se ha adjudicado casi por la mitad, en concreto por 1.494.438,71 euros.
Al concurso se presentaron cinco empresas, pero la firma navarra logró el pedido por haber elevado «la oferta con mejor relación calidad-precio de acuerdo con los criterios de valoración establecidos en la licitación», subraya la compañía pública. El plazo de ejecución de los trabajos será de siete meses, aunque ese período aún no comenzó a contar, ya que ambas partes tienen de plazo hasta el próximo viernes para formalizar el contrato.
Según reseña Erri Berri en su web, la firma acumula una trayectoria de más de treinta años y cuenta con una plantilla de 150 profesionales.
El adiós definitivo de las míticas gradas de la antigua Astano por las que se deslizaron los mayores superpetroleros del mundo y gigantes de la prospección petrolífera -como los tres Discoverer- se produce en el marco de una reforma integral del astillero de Fene para incrementar sus capacidades en el sector de la eólica marina, en el que está completamente volcado desde el 2014, año en el que consiguió, en alianza con la empresa Windar Renovables, su primer encargo en este mercado.
Las gradas -que entraron en operación en 1957- están ubicadas debajo del gran emblema de la factoría, la grúa pórtico, que se erige unos 75 metros desde el suelo. La gigantesca máquina se usa para manipular y voltear los componentes de las cimentaciones de acero sobre las que asientan los aerogeneradores en alta mar, que cada vez tienen mayor envergadura. La empresa pública persigue incrementar hasta en un 300 % la superficie de trabajo bajo la grúa pórtico.
Este 2023 se han cumplido 20 años desde que salió la última plataforma fabricada en las gradas del astillero de Fene, y, desde entonces hasta su estreno en la eólica marina, la factoría estuvo dedicada a la producción de parte de los buques militares que se ensamblaban en Ferrol.
Reforma integral
Los actuales responsables de la factoría de Perlio -que está englobada en Navantia Seanergies, la división verde de la empresa que preside Ricardo Domínguez- han emprendido una reforma integral con el fin de incrementar su competitividad y mejorar sus medios en un sector como el de la eólica marina. para el que se prevé un gran crecimiento en los próximos años. De hecho, en estos momentos, la atigua Astano tiene encima de la mesa cuatro encargos: dos para Ocean Winds y otros tantos para Iberdrola. Así, Navantia y Widar Renovables producen 14 monopiles (estructuras de una sola pata) y en pocas semanas comenzarán a fabricar 62 jackets (de varias patas) para un parque galo de Ocean Winds. Además, Iberdrola les ha encargado 45 monopiles para su parque británico East Anglia One, y otro pedido para construir otras 21 para el recinto germano de Wmdanker se encuentra en fase de preacuerdo. El objetivo que persigue es lograr, en el 2025, también obras de eólica flotante.
CARACTERÍSTICAS
Unas instalaciones de 377 metros de longitud
Las gradas de Navantía Fene tienen 377 metros de largo; una, 57,85 metros de manga (ancho) y la otra, 48,97 metros. Llegaron a acoger bautismos de mar que fueron seguidos por ingenieros navales de un amplio elenco de países, aunque en los últimos años han sufrido un elevado deterioro. Su eliminación imposibilitará al astillero volver a construir buques, por lo que algunas organizaciones sindicales reclamaron que en su lugar se construyese un dique seco, que permitiría acoger las estructuras de eólica marina y también la fabricación de buques, si así se desease. Navantia proyecta invertir unos 50 millones en la reforma integral de Fene.
Fuente: La Voz de Galicia
