Este proceso de reestructuración de la propiedad abarcó una superficie de casi 1.190 hectáreas, pertenecientes a 2.060 vecinos, y contó con una inversión de 3,05 millones de euros para las asistencias técnicas y obras de los caminos principales, secundarios y otras obras complementarias. Además, esta actuación permitió concentrar 7.450 parcelas en 3.166 fincas, duplicando el tamaño medio de los predios, al pasar 1.594 metros cuadrados a 3.750.

    Las parcelarias siguen siendo una de las mejores herramientas para potenciar el valor de las tierras. Por eso, las nuevas concentraciones cuentan con una concepción moderna de la mejora de las estructuras, orientadas a favorecer el desarrollo económico de las explotaciones, ya que permiten aumentar la base territorial de las granjas y reducir considerablemente sus costes de producción.

   Junto a las concentraciones parcelarias, la Ley de recuperación de la tierra agraria apuesta por mecanismos de movilización voluntaria que permiten una mayor participación de los interesados de la explotación de las tierras. Herramientas como los polígonos agroforestales, las aldeas modelo, las agrupación de gestión conjunta de la tierra o las permutas de especial interés agrario.

   Todo esto, se está haciendo con el objetivo de mejorar la estructura territorial de nuestra comunidad y favorecer a un futuro rentable y sostenible de las explotaciones agropecuarias que viven en él.