en la galería. CÉSAR TOIMIL
El tejado de este edificio del XVJII
colapsó en la galería, «e o resto virase abaixo»
Nada puede compararse en este mundo a la ría de Ferrol. Forjada a fuego por decisión de la Corona española, fue creciendo como un Tetris con los astilleros, el Arsenal, las Reales Fábricas y los molinos para alimentar a su inmensa flota. Se expandió a lo alto con las grúas cigüeña y a lo ancho con nuevos moradores al otro lado de la ribera. Y tres moliendas formaron un triunvirato de oro para aquellos días de gloria en el XVIII: As Aceas y Xuvia en Narón, y Villavicencio en Fene. Pero todo ascenso tiene su caída, como relatan bien los británicos en sus crónicas marítimas /musicales de Rise and Fall.
Y ese molino de Villavicencio ya asiste estos días directamente al desplome de su tejado. Colapsó en la parte de la galería. Como teme el concejal de Patrimonio, Manuel Polo, «o resto pode virse abaixo, isto se cae, está entrando no capítulo de ruina, unha desgraza».
Esta propiedad privada se creó con piedras francesas como molino de río sobre las aguas del Cádavo, impulsado por el capitán de fragata Juan de Villavicencio y Puga. Sus años dorados se vivieron entre 1787 y 1826, importando trigo del Báltico para producir harina con destino a la Corona y sus colonias. Pero todavía los vecinos lo recuerdan funcionando en la década de los 60 del siglo XX. «O tellado vense abaixo, na zona da galería está esfondado, cederon as vigas e colapsou cara adentro ... e unha vez que colapsan os tellados, entrará a auga e caerá todo», admite Polo. Hay riesgo incluso para los coches, que hace poco aparcaban al lado. Pero al tratarse de una propiedad privada, el Concello solo puede <<poñer vallas para que a xente non se arrime, o seguinte paso urbanísüco seria abrir un expedente de ruina porque os danos teñen a abriga de mantemento e conservación».
Pero la pescadilla se muerde la cola. La rehabilitación de un inmueble de estas caracterisücas es sumamente costosa. Y el edil de Patrimonio recalca que «Xunta e Goberno central deberían habilitar axudas directas para estes casos». Uno de los mayores e;,,. -pertos de patrimonio en Galicia, el arquitecto Carlos Henrique Fernández Coto, añade que «somos a rexión europea con máis patrimonio cultural, pero máis pobre, que se pode facer? poñer medios para a restauración da familia ou deixalo caer e que acabe como un castro abandonado?».
Catalogada tanto por Patrimonio de la Xunta como por el PXOM, esta construcción se encuentra en suelo urbano no consolidado. En caso de que alguna promotora decidiese construir en el entorno (poco probable), el molino se cedería al Concello. Hay una clara falta de mantenimiento, los nuevos dueños llegaron en los 80 y la zona solo se usa para alimentar a gallinas como huerta. Añade Manuel Polo que «hai máis casos deste tipo de multipropiedades das que ninguén se fai cargo, ou de herdanzas que ninguén asume».
Carlos Henrique Fernández enclava este molino «no patrimonio industrial do que Ferrol foi cidade punteira, forma parte da memoria colectiva dunha época igual que As Ponles; a normativa europea e a lei española din que hai que manter vivo ese legado». Y puntualiza que «a historia debe ser respectada xa que non hai moitos muiños dese tipo, outro exemplo son as conserveiras de Rianxo que aliroentaban a tropas da II Guerra Mundial e que desfixeron».
Fuente: La Voz de Galicia, sábado 24 de agosto 2024
