La rotonda prometida no acaba de
llegar. Los vecinos de Santa Ana que, tras la construcción en enero de 2018 de
la mediana y la nueva señalización de la N-651 se vieron parcialmente
incomunicados, teniendo que recorrer hasta cinco kilómetros para llegar al
casco urbano, situado a menos de 900 metros, siguen esperando. Pasan las
páginas del calendario y van tachando los plazos incumplidos.
Los residentes ya no se fían.
Abandonaron meses de protestas al arrancar el 30 de agosto a la Demarcación de
Carreteras en Galicia el proyecto de construcción de una rotonda en el punto
kilométrico 29,1 para evitar que los vehículos realicen un cambio de sentido en
la actualidad prohibido y que tengan que hacer recorridos adicionales para
llevar a cabo un cambio de sentido. Una obra valorada en 193.470 euros que
habría de licitarse antes del remate del año. No se produjo. Y tampoco llegó la
glorieta provisional anunciada para agilizar la solución al problema.
Relata Ángel Dobarro, propietario
del taller de la zona, directamente perjudicado por las dificultades de
comunicación, que la pasada semana los afectados volvieron a reunirse para
analizar la situación. Y en el encuentro se apuntó que técnicos de Fomento
planteaban ahora la necesidad de ampliar la rotonda planificada, lo que
exigiría cesiones o expropiaciones. Aunque nada es firme. De hecho, el
Concello, según el regidor, Gumersindo Galego, no ha recibido información
adicional sobre el proyecto.
Fuente: La
Voz de Galicia