Ramón Aguilar Pérez |
Hay personajes que, por su
carácter afable, cordialidad, espíritu alegre y salidas ingeniosas, dejan una
huella profunda y recuerdos perecederos en el lugar dónde desarrollan su vida
familiar, social y laboral. Es el caso de don Ramón Aguilar Pérez, más conocido
por Ramón de Roque (mi abuelo) nació el 25 de abril de 1886 en Ferrol, hijo de
Jacobo Aguilar y María Pérez.
La familia Aguilar llega a
Barallobre para regentar una tenería. Así, reza en el libro de bautismos
parroquial, el 13 de mayo de 1813, como padrino de un niño, Don Ramón Aguilar y
León, soltero, hijo de Don Ramón Aguilar y Colomer, dueño de una tenería en el
lugar del Ramo en la parroquia de Barallobre, comerciante y residente en
Ferrol, aunque fallecería en Barallobre en 1842. Ramón Aguilar, hijo, se
quedaría a vivir en Barallobre donde casaría con Francisca García en 1819 y
tendría nueve hijos. Sus descendientes se distribuirían por las riberas de
Barallobre, Maniños y Perlío, manteniendo, en la mayoría de los casos, las
actividades relacionadas con el mar.
Ramón Aguilar López, que había
nacido en Ferrol, inicia su trayectoria profesional aprendiendo el oficio de
carpintero de ribera, con solo trece años en el astillero que poseía su padre
en la Ribera de Maniños, allá por 1899. Emigró muy joven a la Argentina, en
donde fijo su residencia en la calle 25 de agosto en el número 110 de la
capital de Montevideo, para probar su suerte. Le fue bien. Logro empleo de
carpintero hasta su regreso a su tierra natal.
En Montevideo, conoció a
Encarnación Blanco Lorenzo, con la cual contrajo nupcias el 20 de febrero de
1908, a la edad de veintiún años. En la capital de Montevideo, nacieron cuatro
de sus nueve hijos que tuvieron el matrimonio, Marina (1908), José (1911), Sara
(1913), Jacobo (1916), Manuela (1919), Blanca (1921), Ramón (1923), Carmen
(1925) y Fidel (1930).
En 1917 Ramón Aguilar y familia deciden regresar a su tierra natal.
Una
vez en Perlío, Ramón busca la manera de hacer por vida para quitar adelante a
sus cuatro hijos y un quinto que espera su esposa. Decide instalarse en la
parroquia de Perlío en el lugar de la Ribera), en la margen izquierda de la
desembocadura del río Cadavo.
El Joven Conchita, construido por Ramon Aguilar en 1919 |
En
las inmediaciones de su propio domicilio, con solo 31 años, decide instala un
pequeño taller de carpintería de ribera, con media docena de hombres, en el
cual se dedicaría a la reparación y construcción de pequeñas embarcaciones de
madera de hasta doscientas toneladas de registro bruto.
La
actividad de Ramón Aguilar como carpintero de ribera y propietario de su
taller, abarcaba desde la selección de los árboles en los montes de la Capela y
San Martiño de Goemte (As Pontes) hasta el aserrado, fabricación de las
distintas piezas, su ensamblado y construcción total del casco, así como el
calafateado o impermeabilización de las juntas.
En el taller de
Ramón Aguilar sus trabajadores estaban autorizados para llevarse a sus casas
los trozos de madera, viruta y astillas que necesitaran para el fuego.
En el año1924 se
incorporarían a la empresa su hijo José y en 1926 su otro hijo Jacobo, (mi
padre) para trabajar a las órdenes de su padre como carpinteros de ribera.
Perla del Rio, construido por Ramón Aguilar en 1918 |
Desde
entonces se construyeron y repararían en estos talleres numerosos barcos de
pesca recreo y cabotaje, hasta mediados de 1940 en que don José María González
Llanos entabla conversación con don Ramón Aguilar para la compra de este
pequeño astillero. Después de varias reuniones en Ferrol, quedarían finalizadas
las negociaciones en junio de 1941. Constituyéndose con esta venta los
Astilleros y Talleres del Noroeste (ASTANO).
Después
de 24 años como industrial, Ramón Aguilar, pasa a ser uno más de los
accionistas de Astilleros y Talleres del Noroeste S.L. (ASTANO). Todo el
personal de Ramón incluido sus dos hijos José y Jacobo quedarían ligados al
nuevo astillero, años más tarde se incorporaría su otro hijo Fidel hasta
su prejubilación.
Francisco Yáñez, en su fase de construcción 1938 |
Perlío,
antes de que se aposentasen allí los grandes astilleros de la antigua ASTANO,
(hoy NAVANTIA) tenía ya su tradición naval.
Es
de todos conocido que en Perlío, en 1917 ya se construían y reparaban aquellos
barcos de madera y también un constructor y armador; don Ramón Aguilar.
El 5 de junio de
1947 fallecía en Perlío a la edad de 61 años.