Navantia dio
ayer un paso más para la aprobación de un nuevo convenio colectivo, el cuarto
desde que se creó la compañía, después de que la empresa y una mayoría simple
de los representantes de los sindicatos, validasen el preacuerdo de la comisión
negociadora en la reunión de ayer.
La firma del documento, que tendrá que ser ratificado hoy en las asambleas de los distintos centros de trabajo, fue posible gracias a los votos favorables de los tres representantes de UGT y cuatro de los cinco de Comisiones Obreras. Solo el delegado del astillero de Ferrol y portavoz del comité de empresa, Ignacio Naveiras, se opuso al acuerdo, también votaron en contra los representantes de la CIG, Antonio López Rivera, y de la USTG, Juan Carlos Díaz Rico. Los otros dos miembros de la comisión, de las centrales CAT y CSI-CSIF, expresaron sus dudas y consultarán a sus compañeros los nuevos términos del convenio.
A grandes rasgos, supondrá que la plantilla tendrá congelación
salarial y padecerá algunos recortes sociales, como la supresión del cartucho
de Navidad y las becas de estudio y comedor. Además, se introducen nuevas
cláusulas que da luz verde a un incremento de la movilidad geográfica y
funcional entre astilleros.
La empresa se compromete a no aplicar durante la vigencia del
nuevo convenio -que finalizará el próximo 31 de diciembre- ningún expediente de
regulación de empleo. Sin embargo, no hay garantías de que no optará por la vía
de ajustes de personal durante el próximo ejercicio, condición que había
impuesto la sección sindical de CC.OO. en la ría ferrolana para llegar a un
acuerdo. Con anterioridad ya se habían manifestado en contra de las condiciones
que había puesto encima de la mesa la empresa las secciones de la CIG y la
USTG.